Abandono

Nunca dijeron que sería fácil, dijeron que esto era por mi bien, pero ¿en que esto me hace bien? ¿Realmente piensan que dejándome así estaré bien? 
Para ustedes son solo palabras, para mí es un sentimiento que llego a su tope, ¿qué dirían ustedes si de pronto se encuentran en el medio del dolor? ¿Cómo se sentirían al darse cuenta que están en el medio de la tormenta? ¿Acaso creen que no me lastima esto?
Así es, esta es una historia de abandono, algo que no queremos sufrir, pero siempre hay alguien que nos hacer saber que si lo sufriremos.
Tarde de invierno, un frio que congelaba hasta los huesos, el alejándote por esa puerta. Nuestra protagonista, comenzando a sentirse vacía, a sentir como el paso de los segundos se apoderaba cada vez más de ella y la hacían caer en una profunda tristeza. No le importó a él, siguió caminando hacia esa puerta, sin mirar atrás, dejando sus sueños en el piso, haciendo así que con tan solo unos pocos años de edad comenzara a sentir la cruda realidad. Pequeña era nuestra protagonista cuando el hecho sucedió. 5 años de edad, ella era feliz, todo marchaba bien, hasta que un día, el, el hombre que más amaba, partió por la puerta principal, dejándola sola, hundiéndola en una profunda oscuridad y tristeza, dejándola sola. Poco tiempo después, el seguía viéndola pero no era lo mismo, ella era feliz viéndolo, pero sabía que no sería lo mismo a cuando estaban juntos. Los años fueron pasando, la chica fue creciendo y el envejeciendo, visitándola, pero no como antes.
Pasaron ya 11 años desde que el la dejo, 11 años en los cuales la chica aprendió a ser fuerte, 11 largos años, que sin EL se tornaron un tanto obscuros, pero con la ayuda de una persona logro seguir adelante, esa persona era como su mejor amiga, pero cumplía un cargo más importante, era su madre. En los últimos 11 años, la chica creció, se hiso una “mujercita”, sin él, sin el amor de un padre que esté presente. La chica, 16 años, la madre luchando para que ella tenga un futuro, el padre, presente de vez en cuando. Un dolor inmenso corre por sus venas, un dolor difícil de curar, el dolor de un abandono, ocasionado por una de las personas que ella más amaba, ese dolor es muy difícil de sacar, pero aún más difícil es que la persona que lo ocasiono, intente rellenarlo con actos en el presente, cuando no estuvo en el pasado. Esa chica no siente rencor, siente dolor, el dolor de saber que por más que quiera, nada será lo mismo con su padre, solo espera el día en que pueda decirle, “papá, gracias por acompañarme” aunque es difícil, cuando solo recibió abandono, solo esperemos que el amor que aún queda entre ellos, este vigente hasta el final y que no los abandone como lo hizo él.